Hoy me dijeron, para bien o para mal, que tengo el "Don de la indiferencia" me lo pintaron como una virtud... Yo particularmente lo considero más un defecto, pero es verdad, tengo un switch bien educado que cuando lo pongo en "Off" no hay manera de cambiarlos a "On" (lo quemo, lo fundo... no se). Pero ahora bien lo reconozco, no soy tan intransigente como aparento, acepto que muchas veces extraño, añoro, sueño despierto e imagino. Más que indiferencia es quizás ORGULLO, ese maldito orgullo que tantas puertas ha cerrado, que tantos golpes ha lanzado, que tantas disculpas ha olvidado y que tantos polvos me ha costado... Nuestro carácter nos hace meternos en problemas, pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en ellos (algun sabio dijo). A veces quiero ponerme en "On" de nuevo, así sea solo para darme un coñazo.
miércoles, 27 de agosto de 2008
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